Ducha anal mediana, fabricada en materiales suaves y resistentes. La parte del depósito es flexible y te resultará muy fácil presionarla para que salga el agua. Aunque la parte insertable es fina, el depósito de esta perilla de limpieza anal es bastante amplio. Tiene una capacidad de 160 ml, suficiente para garantizar un buen nivel de higiene con una única recarga.
- Ducha anal mediana
- Práctica
- Garantía de salud e higiene total de la zona anal
- De fácil inserción, manejo y extracción
- Ergonómica
- Material: Silicona + ABS
- Diámetro de la boquilla:
- Boquilla:
- Largo Total (pera + boquilla):
- Capacidad: 160 ml.
Antes de lanzarte a disfrutar del placer por detrás, libérate de cualquier preocupación evacuando la zona de la mejor manera.
Las duchas anales son una herramienta que haran que el sexo anal sea aún mejor. Sobre todo si eres de las personas que se preocupan por si hay fugas. Olvídate de ellas y dale la bienvenida al placer anal gracias a este producto que sirve para evacuar la zona con facilidad.
¿Cómo se usan las duchas anales?
La parte gruesa o pera de la ducha es donde se almacena el agua que sale por el tubito hacia el ano.
Antes de explicarte cómo usarla, debes saber que se recomienda utilizarla un poco antes de practicar sexo anal (1 hora aprox.).
Por otro lado, es importante que laves la ducha antes de usarla. Es muy sencillo: solo tienes que sacar el tubito y colocar el orificio de la pera debajo de un chorro de agua tibia. Una vez esté limpia, llena la pera de esta misma agua a temperatura ambiente (ni fría ni caliente). Puede parecer una tontería pero esto te ayudará a relajarte y destensar los músculos de la zona. ¡Ah! Y no te olvides de cerrarla bien una vez llena.
Ahora que tienes la ducha anal lista, introduce suavemente el tubito por la apertura del ano. Si lo prefieres, puedes aplicar un poco de lubricante a base de agua en la boquilla y en la entrada del ano para facilitar la inserción.
Un consejo: hazlo sobre el inodoro. El ángulo que se forma es perfecto para una mejor inserción.
Una vez dentro, solo tienes que apretar 'la pera' con suavidad. Luego, trata de mantener el agua en el recto durante unos segundos haciendo fuerza con los músculos hasta que sientas el impulso natural de expulsarla.
Repite este ejercicio hasta que veas que el agua que expulsas es totalmente clara.
Para volver a usarla, límpiala con agua y jabón neutro o con un producto específico. ¡Y listo!
Por último, es esencial que guardes la pera en una caja o bolsa estéril en la que no se ensucie. Y ahora... ¡a disfrutar!